Translate

sábado, 21 de febrero de 2015

Ídolos que no son de Piedra, pero igual nos Pesan

Todo esto he guardado desde mi juventud 

                                                                                                                                                      (Marcos 10:20)


Había dicho el hombre, postrado delante de Jesús, y en respuesta a lo que el Señor le había mencionado sobre el conocimiento de los mandamientos; un momento antes este hombre le había preguntado: ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?
Marcos 10:21 Jesús lo miró y, con mucho amor, le dijo: Una cosa te falta: anda y vende todo lo que tienes, y dáselo a los pobres. Así tendrás un tesoro en el cielo. Después de eso, ven y sígueme. (22) Cuando aquel hombre oyó eso, se afligió y se fue triste, porque tenía muchas posesiones. (R-V c)
¿Hasta dónde estamos resueltos a ceder de nosotros por seguir a Cristo? ¿Cuánto de lo que Él pudiera demandarnos seríamos realmente capaces de entregarle?
Dios, en algún momento de nuestras vidas nos mueve a enfrentarnos a todos esos ídolos que fuimos construyendo mientras crecíamos, conoce el muro que ellos levantan entre Él y nosotros, y en algún momento deberemos escoger entre estas dos opciones; servirle a Él o quedarnos con ellos; Jesús, quien conoce lo oculto de los corazones, sabía que este hombre, ahora inclinado delante de Él, tenía uno y poderoso; y aun con todo el amor puesto en el gesto y las palabras, no pudo impedir que se alejara con tristeza de su lado.

sábado, 14 de febrero de 2015

Sobre la Trinidad

Trinidad, el grano de algunos

Durante mucho tiempo he oído discusiones poco conducentes sobre este asunto de la Trinidad, si es bíblico o no creer en un Dios único y trino, cuando fue el mismísimo Dios quien declaró con respecto a si, que es uno.
Deuteronomio 6:4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
Isaías 43:10 Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. (11) Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
Uno solo, que antes de Él no hubo otro ni lo habría después; decir entonces y a continuación de semejante afirmación, que este único Dios comparte la misma esencia en las tres personas que forman esta Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, suena casi a blasfemia y de las más terribles; ¿Pero es así realmente?
Juan 14:23 Jesús le respondió: El que me ama, obedecerá mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y con él nos quedaremos a vivir. (R-V c)
Este revelador verso me obliga a formular una pregunta: ¿De qué manera el Padre y el Hijo han de hacer morada en aquel que le ama y obedece? El mismo Jesús dio la respuesta; en la figura de una tercera persona, el Espíritu Santo.

viernes, 6 de febrero de 2015

Cuidando la Buena Doctrina

Decentemente y con orden


 A veces quisiera poder redactar con la misma eficacia que en mis pensamientos se elaboran los textos a los que quiero referirme, es imposible, y muy a pesar de todos los esfuerzos el resultado es este que se ve y nada más; entonces sé, que bastante poco tiene que ver lo conseguido con lo que me había propuesto escribir. Aún así, y hasta que Dios me llame a su presencia, seguiré escribiendo con las mismas ganas del comienzo; una vida arrebatada de las garras de Satanás es suficiente recompensa para este, el más miserable y pequeño de los siervos al que el Señor se le ha cruzado, siendo muy niño aún, en el camino.
He sido testigo de lo mucho y bueno del hacer de Dios a lo largo de mi vida como creyente, he tenido la posibilidad, andando esa vida, de conocer a verdaderos hombres de Dios, llenos del Espíritu Santo y ejercitados en la piedad; pero vi también lo mucho y malo de algunos que se declaran sus siervos; los vi arrastrar hacia la muerte a una parte de su pueblo, y sin ninguna culpa por hacerlo. Y aunque vi, no podía concebir como se podían dejar arrastrar hacia la muerte, entre risas, saltos, caídas y aplausos, todos ellos como los actores de un grotesco espectáculo circense; yendo de aquí para allá como nubes empujadas por el viento, pensé.