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miércoles, 17 de junio de 2015

La Biblia no lo dice (VII)

Adventistas del séptimo día (final)

Hablemos del sábado
Colosenses 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o bebida, o en días de fiesta, nuevas lunas o sábados. (17) Todo eso es sombra de lo por venir, pero la realidad es Cristo. (18) Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, basándose en visiones, vanamente hinchado en su mente carnal, (19) sin mantenerse unido a la Cabeza, de la cual todo el cuerpo, nutrido y unido por las junturas y ligamentos, crece con el crecimiento de Dios. (20) Siendo que habéis muerto con Cristo a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si aún pertenecierais al mundo, os sometéis a ordenanzas, como: (21) "No uses, no gustes, no toques"? (22) Todas esas cosas están destinadas a perecer con el uso, porque se basan en mandatos y enseñanzas de hombres. (23) Tales cosas tienen apariencia de sabiduría con su culto impuesto, su falsa humildad y su duro trato del cuerpo. Pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. (NRV 1990)
Durante la proclamación del mensaje adventista se había dado el mensaje del primer ángel y del segundo, y luego comenzó a proclamarse el mensaje del tercer ángel. Con esta proclamación empezó a comprenderse el significado del sábado como día de reposo.
...El primer sábado de abril, en 1847, siete meses después que ella y su esposo principiaran a guardar el sábado, el Señor dio a la Sra. de White, en Topsham, Maine, una visión en la cual se recalcó la importancia del sábado. Elena vio las tablas de la ley en el arca del santuario celestial, y notó que el cuarto mandamiento estaba rodeado de una aureola de luz. En Primeros Escritos, Págs. 32-35, puede leerse el relato de esa visión que confirmó las conclusiones impuestas por el estudio de la Palabra de Dios. En visión profética, la Sra. de White fue trasladada al fin de los tiempos y vio que, por su actitud hacia la verdad del sábado, los hombres demostrarán si deciden servir a Dios o a una potencia apóstata. En 1874, ella escribió: "Creí la verdad acerca del sábado antes de haber visto cosa alguna en visión con referencia al día de reposo. Después que comencé a observar el sábado transcurrieron meses antes que se me mostrase su importancia y su lugar en el mensaje del tercer ángel."(E. G. de W., carta 2, 1874)
CIEGOS QUE CONDUCEN A OTROS CIEGOS
Vi cómo los guías ciegos se esforzaban por hacer a otras almas tan ciegas como ellos mismos, sin darse cuenta de lo que iba a sobrevenirles. Se exaltaban contra la verdad, y cuando ésta triunfe, muchos que consideraron a estos maestros como hombres de Dios y esperaron recibir luz de ellos, se perturbarán. Les preguntarán acerca del sábado, y ellos, procurando librarse del cuarto mandamiento, les contestarán con este fin. Vi que no tenían en cuenta la verdadera honradez al asumir las muchas posiciones que asumen contra el sábado. Su objeto principal es eludir el sábado del Señor y observar otro día que el santificado por Jehová. Si se los desaloja de una posición, asumen otra opuesta, aun cuando acaben de condenarla como insegura.
El pueblo de Dios está llegando a la unidad de la fe. Los que observan el día de reposo de la Biblia están unidos en sus opiniones relativas a la verdad bíblica. Pero los que se oponen al sábado entre el pueblo adventista están desunidos y extrañamente divididos. Uno se adelanta en oposición al sábado y asevera que es así y así, y al concluir declara el asunto decidido. Pero como su esfuerzo no ha aclarado la cuestión, y como la causa del sábado progresa y los hijos del Señor siguen abrazándola, otro se adelanta para derrotarla. Pero al presentar sus opiniones para eludir el sábado, derriba por completo los argumentos de aquel que hizo el primer esfuerzo contra la verdad, y presenta una teoría tan opuesta a la de aquél como a la nuestra. Y así sucesivamente pasa con el tercero y el cuarto; pero ninguno de ellos aceptará el asunto como se presenta en la Palabra de Dios: "Mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios."
Vi que los tales tienen ánimo carnal, y por lo tanto no se sujetan a la santa ley de Dios. No concuerdan entre sí, y sin embargo se esfuerzan arduamente por torcer las Escrituras mediante sus inferencias, a fin de hacer una brecha en la ley de Dios, cambiando, aboliendo o haciendo cualquier otra cosa con el cuarto mandamiento más bien que observarlo. Desean reducir al silencio a la grey con respecto a esta cuestión; y por lo tanto suscitan algo con la esperanza de que esto la calme y que muchos de sus propios partidarios escudriñen tan poco su Biblia que a ellos, sus dirigentes, les sea fácil presentarles el error como verdad, y que esos feligreses lo reciban así, por no mirar más alto que sus caudillos.
...Vi que aquellos que se oponen al sábado del Señor no podían tomar la Biblia y demostrar que nuestra posición es incorrecta.
...También vi que muchos ignoran lo que deben ser a fin de vivir a la vista del Señor durante el tiempo de angustia, cuando no haya sumo sacerdote en el santuario. Los que reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo de angustia deben reflejar plenamente la imagen de Jesús. (Primeros escritos, de págs. 69, 70 y 71)
Romanos 14:1 Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones. (2) A algunos su fe les permite comer de todo, pero hay quienes son débiles en la fe, y sólo comen verduras. (3) El que come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas, y el que no come de todo no debe condenar al que lo hace, pues Dios lo ha aceptado. (4)  ¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo. (5) Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones. (6) El que le da importancia especial a cierto día, lo hace para el Señor. El que come de todo, come para el Señor, y lo demuestra dándole gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y también da gracias a Dios. (7) Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí. (8) Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. (9) Para esto mismo murió Cristo, y volvió a vivir, para ser Señor tanto de los que han muerto como de los que aún viven. (10) Tú, entonces, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú, ¿por qué lo menosprecias? ¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios! (11) Está escrito: «Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor—, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios.» (12) Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios. (13) Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano. (NVI 1999)
Los argumentos están, al contrario de lo que afirmara Elena White (Vi que aquellos que se oponen al sábado del Señor no podían tomar la Biblia y demostrar que nuestra posición es incorrecta), en la Biblia, que no lo quieran ver es un problema de los Adventistas. Lean con atención lo que Dijera Pablo, ¿acaso el estaba equivocado?
Romanos 6:14 Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia. (NRV 1990)
La Ley nos condenaba y a librarnos de esa condena es que vino el Señor.
Hebreos 8:13 Al llamar "nuevo" a este pacto, declara anticuado al primero. Y lo anticuado se envejece y desaparece. (NRV 1990)
Quien quiera enojarse, hágalo, quien no quiera oír que apriete sus manos sobre las orejas; la verdad es una y Dios no la comparte más allá de las Escrituras. Quiera el Señor que en algún momento abran los ojos y vean, están apoyando su Fe, y peor aún, la salvación, en las fábulas de las que habló Pablo y Pedro.
1Timoteo 4:7 Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate en la piedad.
2Timoteo 4:4 apartarán de la verdad el oído, y se volverán a las fábulas.
Tito 1:14 y no atiendan a fábulas judaicas, ni a mandatos de hombres que se apartan de la verdad.
2Pedro 1:16 Porque no hemos seguido fábulas ingeniosas, cuando os hemos hablado del poder y de la venida de nuestro Señor Jesucristo, sino que fuimos testigos oculares de su majestad. (17) Porque él recibió honra y gloria del Padre Dios, cuando una voz vino desde la magnífica gloria, y dijo: "Este es mi Hijo amado. En él me complazco". (18) Y nosotros oímos esa voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. (19)  Además tenemos la palabra profética aún más segura, a la que hacéis bien en estar atentos, como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el Lucero de la mañana salga en vuestro corazón. (20) Ante todo, sabed que ninguna profecía de la Escritura vino por una interpretación privada del mismo profeta. (21) Porque ninguna profecía vino jamás por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron inspirados por el Espíritu Santo. (Todos NRV 1990)
Y este, el Espíritu Santo, es el sello que nos identifica, no la observancia del sábado que Dios mandó al pueblo de Israel al hacer el primer pacto, y del que el mismo Señor dijo, era Señor; el libro de Apocalipsis nos dice: 
Apocalipsis 7:4 Y oí el número de los que fueron sellados: ciento cuarenta y cuatro mil de todas las tribus de Israel. (NVI 1999)
Apocalipsis 14:1 Miré, y vi al Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él 144.000 que tenían el Nombre del Cordero y el nombre de su Padre escrito en sus frentes. (NRV 1990)
Lo podemos confirmar en los siguientes versos:
Juan 14:26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho. (NVI 1999)
Juan 15:26 Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él testificará acerca de mí. (NVI 1999)
Efesios 1:13 En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. (14) Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria. (NVI 1999)
Podría continuar con esto de los errores, habrá quien los quiera entender a la Luz de las Escrituras y quien se niegue, endurecido en su terquedad. A darle una oportunidad a la única Palabra que nos fue dada; podría hablar del sueño de la muerte y compararlo con lo que dijo Pablo:
Filipenses 1:21 Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia. (22) Ahora bien, si seguir viviendo en este mundo representa para mí un trabajo fructífero, ¿qué escogeré? ¡No lo sé! (23) Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor… (NVI 1999)
O hablar de la muerte con la misma vocación de derrota apuntalada en el humano error, aunque inspirada por Dios, del predicador de Eclesiastés.
Eclesiastés 9:4 Hay esperanza para todo el que está entre los vivos, porque mejor es perro vivo que león muerto. (5) Los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; hasta su memoria queda en el olvido. (6) También su amor, su odio y su envidia perecieron ya, y nunca más participan en nada de lo que se hace bajo el sol. (7) Anda, come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque es ahora cuando Dios favorece lo que haces. (NRV 1990)
Podría decirles que los dos testigos de Apocalipsis cap. 11:1 al 15, no son el viejo y el nuevo Testamento de la Biblia, que si leyeran con atención y sin dejarse conducir por lo que hasta ahora han aprendido, también se darían cuenta de esto. Podría asegurarles, y bajo escribano público que la Biblia no puede morir y resucitar a los tres días y medio, ni recibir el aliento de vida ni subir al cielo en una nube a la vista de sus enemigos… Pero pocos me lo habrían de creer porque contradice lo que pudiera haber afirmado en visión la señora Elena G. de White, o la doctrina o lo que sea que les haya cerrado el entendimiento.

Gálatas 1:8 Pero aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición! (NVI 1999)

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