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domingo, 16 de agosto de 2015

La llamada verdadera

¡Heme aquí!


Había entonces en Damasco cierto discípulo de nombre Ananías. El Señor le dijo en visión: Ananías; y él respondió: Heme aquí, Señor. Hechos 9:10 (BTX)

Aconteció después de estas cosas que Ha-’Elohim probó a Abraham, y le dijo: ¡Abraham! Él respondió: Heme aquí. Génesis 22:1 (BTX) 

Y el Ángel de Dios me dijo en el sueño: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. Génesis 31:11 (BTX) 

Vio YHVH que se desviaba para observar, y ’Elohim lo llamó de en medio de la zarza, y le dijo: ¡Moisés! ¡Moisés! Y él respondió: ¡Heme aquí! Éxodo 3:4 (BTX)

Entonces oí la voz de Adonay que decía: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Y dije: ¡Heme aquí, envíame a mí! Isaías 6:8 (BTX)

¡Heme aquí! Demasiadas veces comienzan con esta frase muchas de las historias nuestras que hemos escuchado a lo largo de la vida, es la respuesta a la llamada con la que Dios nos invita a participar de sus cosas y la que tantos esperamos oír alguna vez.

Pastores, Misioneros, Diáconos, Ujieres, y todo siervo dedicado al verdadero ministerio dentro y fuera de la Iglesia de Cristo, en algún momento de su vida a debido responder a esa llamada; el ¡Heme aquí! Ha formado grandes hombres y mujeres a lo largo de la historia para servicio de este gran Dios que tenemos. Hombres y mujeres valientes, decididos a enfrentar todo lo que en el que camino hacia la meta pudiera interferir con el propósito de la llamada a la que han respondido; hombres y mujeres que no tiemblan a la hora de difundir el mensaje de salvación en tierras hostiles, hombres y mujeres que no temen al contagio ni a la muerte cuando se ponen al servicio de los enfermos. por haber sido llamados a cuidar de ellos y así presentarles al Señor de su salvación. Hombres y mujeres mansos como ovejas para con todos, pero bravos como toros bravos a la hora de defender la Fe por la que viven más allá de la vista y los lleva hacia donde Dios les manda; hombres y mujeres con un negocio redituable más allá de la riqueza humana que podría darles el dinero, por el que tantos “cristianos” se han perdido y se siguen perdiendo dedicados a vender una salvación mentirosa entre tantos (o tontos) que creen poder pagarla al amparo de sus enormes templos.

Entre lo admirable y lo despreciable hay una delgada línea, y tengan por seguro que Dios la reconoce.

Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí; Me dejé hallar por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi Nombre: ¡Heme aquí, heme aquí! Isaías 65:1 (BTX) 
***
Isaías 65:11 Pero vosotros, los que abandonáis a YHVH, Y os olvidáis de mi Santo Monte; Los que preparáis una mesa para Fortuna, Y lleváis la copa para el Destino, (12) Yo os destino a la espada, y todos os encorvaréis para el degüello: Porque llamé y no respondisteis; hablé y no escuchasteis, Hicisteis lo no grato ante mis ojos, escogisteis lo que no me complacía. (BTX)






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