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sábado, 2 de mayo de 2015

La viga de nuestro ojo

La Biblia no lo dice (parte II)

¿Podemos confiar en nuestras Biblias?

Juan 8:31 Decía entonces Jesús a los judíos que le habían creído: Si vosotros permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente mis discípulos; (32) y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (BTX)
La Palabra de Dios, nuestra Biblia, ha resistido al tiempo, al hombre y a los intentos humanos de falsearla.
Sería importarte entender que una traducción es, por mucho que se esfuerce el traductor, solo una tarea de aproximación a un texto escrito en otro idioma, y como tal, pocas veces puede reflejar con total exactitud los modismos, el énfasis (fuerza de la expresión), los matices o la misma construcción de las frases, tal y como fueron escritas en el idioma original. Esto no fue diferente entre los traductores de la Biblia de todas las épocas, quienes debieron, además de ser lo más fiel posible a los textos originales, saber interpretar de la mejor manera los llamados, de lectura ambigua. Veamos un ejemplo de ambigüedad, fue tomado de la Biblia textual y se trata de Juan 8:15; dice así: Vosotros juzgáis según la carne; Yo no juzgo a nadie. Esta frase es la respuesta que da el Señor a los fariseos, quienes planteaban la falsedad del testimonio que Jesús hacía de sí; aquí el término según la carne puede tomar dos significados: según la apariencia externa de la persona (en este caso, de Jesús) o también, desde una mirada mundana (la mirada de los fariseos, que juzgaban al Señor según sus propias tradiciones); ahora traslademos esta idea de ambigüedad al proceso de traducción desde cualquier otro idioma (en el caso bíblico, hebreo, arameo o Griego) y con una palabra (o Varias) que pudieran tener, por la propia palabra o por el contexto en el que fue escrito, varias acepciones.
A pesar de esto, y con todas las diferencias existentes entre las versiones bíblicas a las que hoy podemos acceder, podemos verdaderamente confiar que el espíritu de cada uno de sus libros es, sino exacto (ya vimos los motivos posibles), fiel a los textos más antiguos conocidos en la actualidad, esto permite encontrar y corregir cualquier posible error (intencional o no) de las Escrituras; pero saber esto no nos alcanza ni libra de la manipulación sectaria (y a veces no demasiado sectaria), que promueve sus propias traducciones y revelaciones de los textos sagrados con un único propósito, el de encajar entre las verdades bíblicas todas sus mentiras doctrinales, para este fin no dudan en quitar, agregar o tergiversar partes de (y en) las Escrituras. No caer en el error depende entonces de nuestro buen juicio y del conocimiento que tengamos de su Palabra.
Por eso, más allá de la exégesis que pueda sugerirnos algún eventual alumbrado heresiarca, será siempre nuestra capacidad de razonar la que juzgue la verdad esgrimida en sus páginas; no deberíamos olvidar que la Biblia es su propio y mejor intérprete a la hora de estudiarla y comprenderla, aunque haya quienes digan: Sin la interpretación de la Iglesia nunca se obtendrán buenos resultados.
Gálatas 1:7 No que haya otro, sino que hay algunos que os inquietan y quieren pervertir el Evangelio de Cristo. (8) Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, proclamara un evangelio contrario al que os proclamamos, sea anatema. (9) Como antes hemos dicho, también ahora repetimos: Si alguno os proclama otro evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema. (BTX)
2Pedro 1:20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura surge por iniciativa propia, (21) porque la profecía nunca fue traída por voluntad humana, sino que los hombres hablaron de parte de Dios siendo guiados por el Espíritu Santo. (BTX)
2Timoteo 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para la enseñanza, para la refutación del error, para la corrección, para la instrucción en la justicia, (17) a fin de que el hombre de Dios esté completamente calificado, equipado para toda buena obra. (BTX)

Las cosas no cambian

El mundo, tan distinto al que conocieran los redactores de la Biblia, no cambia para quien proveyera de inspiración la mano e intelecto de cada uno de estos Profetas, Apóstoles y Evangelistas. El hombre aún, y desde siempre, persiste en ese casi eterno ir desde el nacimiento hacia la sepultura, y así como fue ayer, igual será mañana; mantiene los mismos sueños y similares esperanzas, y la misma posibilidad de salvación que hubo desde el momento de la muerte y resurrección del Señor Jesús. Tampoco cambia su palabra, porque es para siempre, como dijera alguna vez el Apóstol Pedro (1Pedro 1:25) y esa palabra eterna es la buena noticia que nos fue anunciada.
Pero muchos no entienden esto, y proponiendo nuevos evangelios dicen: Nuestras causas del pasado han expirado y he aquí, el amor del Altísimo llega y con vientos de cambio ha soplado sobre lo antiguo alejándolo de nosotros; ábranse las puertas de los templos y gritemos a viva voz: ¡Ven a su morada, el Señor te recibe así como eres! ¡Te ha contado entre los justos y con los Santos! Ha multiplicado su salvación por millar y por legión, ha inclinado su oído a nosotros y ha comprendido que el hombre es solamente carne, con huesos y con tendones, y demasiado débil conforme a esa carne y sus apetitos, ha entendido que el amor no toma para sí discurso que pueda refrenarlo o colocarle riendas; ¿Quién sino Él, la mayor expresión de este grande amor, puede entenderlo?; por eso el Señor hoy proclama: ¡Acércate hasta mí y disfruta de esta nueva gracia! Demasiadas veces has cargado con la cruz y también has sido crucificado demasiadas veces; por esto me he acercado a ti, para que te acerques a mí y a esta nueva salvación que te propongo.
Hechos 13:10 dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? (BTX)
Cuan poco hace falta para caer el engaño, demasiado poco; al hombre lo seducen las palabras, le son como caricias al oído, susurros cautivadores y persuasivos que lo despojan de su prudencia, lo desarman y le nublan el juicio; figuras perfectas a opinión del ojo, tan difícil es quitar de su encanto la mirada.
Mateo 7:14 ¡Cuán estrecha es la puerta, y angosto el camino que conduce a la vida! Pocos son los que la hallan. (BTX)
Juan 10:9 Yo soy la puerta: el que por mí entra será salvo, y entrará y saldrá, y hallará pastos. (10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. (BTX)
Muchas veces sucederá que en nuestro (seguramente sincero) afán de interpretar un determinado texto de la Biblia, caigamos en el mismo error de los muchos que sostienen haber entendido esa verdad que a otros permaneció oculta durante todo este tiempo; la interpretación (exégesis) siempre requiere de aproximarnos lo mejor posible al motivo determinante que llevó al autor a escribir el texto en cuestión (el contexto no escrito). La Biblia fue escrita por hombres, y los hombres cargan siempre con sus tradiciones e historia, se trata, además, de hombres que habitaron en una determinada zona geográfica (pueblo o nación) y generalmente esa geografía conocida se extiende un poco más allá de su entorno próximo. Si bien sabemos que la Biblia fue en su totalidad inspirada por Dios, debemos entender también que fue redactada por hombres; y el hombre (mal que nos pese) es él, y junto con todas sus limitaciones.
Interpretar requiere de conocimiento, humildad y verdadero temor a Dios; solo así podremos, y con la guía del Espíritu Santo, desechando de nosotros todo sentimiento de vanidad, acercarnos a la interpretación de pasajes que parecen difíciles de comprender. No debemos olvidar que la Biblia, aunque repartida en sesenta y seis libros, es una, y es sobre esta unidad que debemos trabajar. Si de Jesús no hubieran anunciado los Profetas, seguramente hubiera sido considerado otro de los tantos falsos Mesías que aparecieron a los judíos y nosotros no hubiésemos conocido de su salvación; si el Señor no hubiese revelado a Juan en la isla de Patmos lo que habría de acontecer (comparemos esto con las visiones y profecías de Daniel), y él no nos lo hubiera advertido, muchos cristianos hubieran perdido las esperanzas a la hora de padecer las persecuciones ordenadas por Domiciano y nosotros no entenderíamos por qué el mundo está como está.
Los libros de la Biblia se complementan, y el concepto de contexto se amplía más allá de cualquiera de los acontecimientos tomado por separado, al conjunto. Pablo hace permanentes referencias al Antiguo Testamento para sus cartas evangélicas, Juan nos recuerda que al principio fue la Palabra y todo había sido hecho por medio de ella. En Génesis 3:15 encontramos el primer anuncio de la venida del Mesías y la derrota de Satanás, que comienza en la cruz, con la muerte del Señor y es anunciada al momento de levantarse de la muerte. En Apocalipsis 12:9-10 podemos leer de su inminente final: Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. (10) Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Antes de ser maestros seamos buenos alumnos, pidamos sabiduría a Dios, para nosotros y para quienes deben instruirnos en la sana doctrina y el conocimiento de su Palabra; leamos la Biblia con alegría y no como quien es obligado a hacerlo, confiando en que la verdad de las Escrituras no se esconde de aquellos que la buscan sinceramente. Seamos prudentes y siempre abracemos esa verdad, nos hace libres. Estemos atentos a todas las formas de mentira, el engaño solo pretende acercarnos a la muerte, entonces el camino de regreso se hace trabajoso, y a veces imposible de caminar.
Todas las profecías, las pasadas, las presentes y las futuras ya han sido reveladas en su Palabra y el plan de Dios fue totalmente anunciado, solo resta que termine de cumplirse; nada puede cambiar esta verdad. Los Apóstoles del Señor fueron los Doce que anduvieron junto a Él, y por último fue Pablo, quien se presentara a sí mismo como un abortivo, y el más pequeño entre los Apóstoles, su comisión, la de llevar el evangelio a los paganos. Nada nuevo hay debajo el sol, dice Eclesiastés 1:9, no existe tampoco una sola profecía, ni revelación ni evangelio que contradiga lo escrito en la Biblia; cualquiera, aun si invocara el nombre del Señor, que la declarara, es un mentiroso y falso profeta. El evangelio de la prosperidad NO es bíblico, ¿acaso Dios pondría frente a nosotros un lazo, nos provocaría a la tentación y con ella a la posibilidad de perder esta salvación tan grande por la que su Hijo, el Señor Jesús, debió morir en la cruz?
¿Qué dice su Palabra con respecto al dinero?
Mateo 6:19 No acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones irrumpen y hurtan, (20) sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde los ladrones no irrumpen ni hurtan, (21) porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón. (BTX)
Hebreos 13:5 Vuestra manera de vivir sea sin avaricia de dinero, estad satisfechos con las cosas que tenéis, porque Él dijo: No te dejaré ni te desampararé. (13) De manera que podemos decir osadamente: El Señor es mi ayudador, no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre? (BTX)
2Timoteo 3:1 Y debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles; (2) porque los hombres serán egoístas, amigos del dinero, arrogantes, soberbios, difamadores, desobedientes a sus padres, ingratos, irreverentes, (3) sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, enemigos de lo bueno, (4) traidores, impetuosos, envanecidos, y amigos de los placeres más que de Dios, (5) que tendrán apariencia de piedad, pero negarán su eficacia. Apártate de ellos. (BTX)
1Timoteo 6:7 Porque nada trajimos al mundo y nada podemos sacar, (8) así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto, (9) pues los que quieren ser ricos caen en tentación y trampa y en muchas codicias insensatas y dañinas, las cuales hunden a los hombres en destrucción y perdición; (10)  porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos se descarriaron de la fe, y se traspasaron a sí mismos con muchos dolores. (11) Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue tras la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. (12) Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado, y delante de muchos testigos declaraste la buena confesión. (BTX)
¿Puede alguno creer que fue el evangelio de la prosperidad el que vino a predicar el Señor y el que dieron a conocer después sus Apóstoles? De ninguna manera; el Evangelio predicado por Jesús fue otro.
¿Pero cuál fue el Evangelio predicado? Juan el Bautista predicó: Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado. (Mateo 3:2) Jesús, después de los cuarenta días de ayuno y tentación en el desierto predicó al pueblo de Galilea sobre el arrepentimiento, anunciando que el Reino de Dios se había acercado; incluso en las sinagogas proclamó este Evangelio del Reino. (Mateo 4:17 y 4:23) A Nicodemo le aseguró que se debía nacer nuevamente para entrar al Reino de Dios. (Juan 3:3) Y a los fariseos respondió (no refiriéndose a ellos sino a algunos judíos): El Reino de Dios está en medio de vosotros. (Lucas 17:21) Además, en Mateo 6:33 el Señor asegura: Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. (R-V c)
Que debemos arrepentirnos, y nacer de nuevo, que el Reino está en medio nuestro, pero debemos buscarlo. Menudo Berenjenal, irremediablemente estoy perdido, si antes entendía poco, ahora menos…
Es cierto que Jesús vino a predicar el evangelio del Reino, pero vino también con un segundo propósito, y este, tan importante como el primero; darnos la oportunidad de ser ciudadanos de este Reino de los Cielos, y este Evangelio está unido al Evangelio de la Salvación, es un único y gran Evangelio. El arrepentimiento llega cuando entendemos que somos pecadores, Jesús muere en la cruz por amor a nosotros, y para el perdón de nuestros pecados, al tercer día de sepultado, resucita y como Dijera Pablo:
Romanos 10:9 Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. (10) Pues es por creer en tu corazón que eres declarado justo a los ojos de Dios y es por confesarlo con tu boca que eres salvo. (Nueva traducción viviente)
He aquí el nuevo nacimiento, dejar el hombre viejo atrás permite que el Reino de Dios comience a morar en nosotros y su Rey (Cristo Jesús) gobierne nuestras vidas, como un anticipo del Reino que vendrá y será eterno; del resto se ocupa Dios, y esas son las añadiduras.
Con estas cosas los mentirosos también buscan confundirnos.
Podemos decir con la certeza de no estar equivocados que el Evangelio se resume a entender que nuestra Salvación viene por Gracia (la de Cristo quien murió por nosotros) y por Fe (la nuestra, al creer en su obra redentora y su amor inmensurable por el que, como cordero apto para el sacrificio, pagó con su muerte el precio de nuestra salvación). Siendo la puerta de entrada a este Reino que vino a anunciar y nos aguarda. Las obras, (argumento de algunas sectas, necesarias para la salvación) es solo el testimonio (evidencia) de nuestra salvación, por esto es que dice Santiago (Jacobo): La Fe sin sus obras está muerta en sí misma. (Santiago 2:17) o Muéstrame tu Fe sin la compañía de tus obras y yo, por mis obras, te enseñaré cuanta es mi Fe. (Santiago 2:18)
Lo triste de todo esto es que mucho de lo que han leído sucede también dentro de nuestras Iglesias; está en nosotros cambiarlo o ser obedientes al Señor cuando nos advierte:
 Apocalipsis 18:4 Salid de ella pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis parte de sus plagas.
¿O acaso alguno tiene dudas que en esta Babilonia que habrá de caer no estarán todos estos mentirosos, los que pretendieron pervertir el Evangelio, nos distrajeron con promesas de prosperidad mientras el día se acercaba y nunca hablaron de la salvación, convirtiendo a Dios y al Espíritu Santo en una marioneta obediente a nuestros decretos, cambiaron la sana doctrina por doctrina de hombres, y de esta manera hicieron que tantos se pervirtieran y fueran arrojados a la perdición entre caídas, ataques de risa y supuestas lenguas desconocidas?
1Juan 2:19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. (20) Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. (21) No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.

Mi pregunta es: ¿Realmente conocemos todas estas cosas?

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