Translate

viernes, 25 de abril de 2014

Aun en la Duda, Él Caminó a Mi Lado

Dudas ¿Razonables?

En la vida secular, cuando estamos frente a una adversidad, la duda no parecería ser la respuesta sensata para salir bien librado de cualquier mala situación que estuviésemos atravesando, lo mismo sucede en nuestra vida religiosa, la duda suele llegar cuando no tenemos perfectamente en claro cual es el verdadero poder del Dios en el que creemos y confiamos; y eso sucede por darle atributos que como humanos nos pertenecen. Cierto es, nos resulta imposible llegar a imaginar algo que sobrepasa por tanto los límites de nuestro pensamiento, y aunque nos cueste entenderlo, así sucede con Él. (Porque mis pensamientos —dice Dios— no son vuestros pensamientos –Isaías 55: 8 –RV–) De ahí la necesidad del hombre, a lo largo de la historia, de erigir ídolos para convertirlos en sus dioses; inútiles y mudos monumentos de piedra con supuestos atributos mágicos, formados en la tan humana necesidad de ver para creer.

domingo, 20 de abril de 2014

Nosotros y la Fe

Una cuestión de fe

Dios altísimo, te llamo porque siempre me ayudas. (Salmos 57: 2)
Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que todo lo hace para mí. (Biblia de las Américas)
Clamaré al Dios Altísimo, Al Dios que me favorece. (RV)
Voy a clamar al Dios altísimo, al Dios que en todo me ayuda. (Dios habla hoy)
El mismo verso multiplicado por cuatro y la certeza de que una petición va a ser escuchada y respondida. Una de las palabras más importantes para cualquier cristiano tiene (en castellano) apenas dos letras: FE. Jesús mismo afirmó que si nuestra fe fuese,  tan solo, del tamaño de un grano de mostaza podríamos mandar a un Sicómoro a que se desarraigara y plantase en el mar y ese árbol, inexorablemente debería obedecernos. (Lucas 17: 6)
En Marcos 11:23 leemos: Les aseguro que, si tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá. Si le dijeran a esta montaña: “Quítate de aquí y échate en el mar”, así sucedería. Sólo deben creer que ya está hecho lo que han pedido.  

martes, 15 de abril de 2014

Viva y eficaz, Señor, es tu palabra

Viva y eficaz, Señor, es tu palabra


    Yo no anuncio la buena noticia de Cristo para sentirme importante. Lo hago porque Dios así me lo ordenó. ¡Y pobre de mí si no lo hago!                                                                      1 Corintios 9:16 (la Biblia en lenguaje actual)                                                                 


Nosotros hablamos de lo que conocemos y de lo que fuimos testigos; porque Dios continúa siendo el mismo hoy, tanto como lo fue ayer, como lo será el día de mañana y aún después de que a nosotros nos llame a su presencia. En este siglo XXI, Él todavía se manifiesta de la misma manera que le conocieron los que en la antigüedad caminaron a su lado y fueron quienes dieron los primeros testimonios de su poder y de su gloria.
Estoy a la puerta, y llamo...
De todo corazón deseamos que puedas atender al mensaje que el Señor tiene para darte: Yo estoy a tu puerta, y llamo —Dice—; si oyes mi voz y me abres, entraré en tu casa y cenaré contigo. (Apocalipsis 3:20)La Biblia en lenguaje actual–
Mira que Él no irrumpe como un ladrón, eres tú y debe ser una elección tuya el permitirle entrar en tu vida; ¿Pero, para qué? Te preguntarás, la respuesta es sencilla: Para ser verdaderamente libre y así poder vivir en plenitud la experiencia de esa libertad. Para tener la certeza de que no morirás para siempre, porque desde el mismo momento que aceptas a Cristo como tu salvador estarás presente en el pensamiento de Dios y así tendrás la seguridad de que llegarás a vivir en el lugar reservado para todos nosotros, los que hemos creído en Él y le hemos reconocido como nuestro salvador personal; porque así nos ha sido prometido y su palabra es verdadera. No hay obras que podamos hacer que pueda librarnos de los pecados que nos condenan, solamente Cristo Jesús tiene el poder de quitar de nosotros cada uno de ellos, incluso aquellos que por graves creemos imposibles de perdonar. El costo de nuestro perdón fue su propia vida entregada en la cruz; la sangre de Cristo fue el único sacrificio válido y necesario para que Dios pudiera vernos nuevamente sin llevar a sus pensamientos las iniquidades que durante tanto tiempo nos condenaban.