Translate

domingo, 3 de agosto de 2014

La Gracia de Dios

Porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo

                                                                                                                             Romanos 10:13

Romanos 10:10 Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, pero con la boca se confiesa para alcanzar la salvación. (11) Pues la Escritura dice: Todo aquel que cree en él, no será defraudado. (R-V c)
Tenemos por costumbre ver solo una parte de las cosas y no nos corremos de esta visión si es la que hemos escogido o en la que hemos sido adoctrinados, incluso leemos la Biblia con ese único ojo que parece, tuviéramos. Discutimos si salvos una vez, para siempre salvos, como enseñan unos y esa enseñanza la convertimos en ley, eterna e incuestionable; en tanto otros aseguran que nuestra salvación debe ser conquistada cada día, porque nunca tendremos la plena seguridad de ser verdaderamente salvos hasta el día del juicio; cuando Dios, según nuestras obras, nos juzgue. ¡No por las obras! Dirán entonces los unos que observan con el ojo diestro, mientras los otros, los del siniestro ojo, han de confirmar, y a voz de cuello, que las obras ayudan.
¿Y la gracia? ¿Dónde dejamos la gracia?
Tito 2:11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para la salvación de todos los hombres, (12) y nos enseña que debemos renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y vivir en esta época de manera sobria, justa y piadosa, (13) mientras aguardamos la bendita esperanza y la gloriosa manifestación de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, (14) quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. (R-V c)
Tito 3:5 nos salvó, y no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, (6) el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, (7) para que al ser justificados por su gracia viniéramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. (R-V c)
Romanos 11:6 Y si es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia. Y si fuera por obras, ya no sería gracia; de otra manera la obra ya no es obra. (R-V c)
¿Esto significa que nuestros actos nada tienen que ver con nuestra salvación? La respuesta sencilla y que todos quisiéramos oír, sería: no, no tienen nada que ver con nuestra salvación; ¿Pero realmente es así? ¿Qué entendemos por actos?
Romanos 14:22 ¿Tú tienes fe? Tenla para contigo delante de Dios. Dichoso aquel, a quien su conciencia no lo acusa por lo que hace. (R-V c)
Lo dijo Pablo, no yo, y podrán decir los que conocen en que contexto se encuentra este verso: ¡Pero se está refiriendo a la comida sacrificada a los ídolos! ¿Sí? Preguntaré yo rascando un poco mi nuca; veamos entonces, y leamos bien el verso que continúa.
23) Pero el que duda acerca de lo que come, ya se ha condenado, porque no lo hace por convicción; y todo lo que no se hace por convicción es pecado. (R-V c)
Léase que cuando dice “todo lo que no se hace por convicción es pecado”, ya no se refiere únicamente a aquello que podemos llegar a comer; de ser así, la palabra todo no hubiera sido escrita. Pero leamos el mismo verso en la versión Dios habla hoy; dice lo mismo, pero de una manera tan sencilla que no quedan excusas de lo que quiso decir el Apóstol.
Romanos 14:23 Pero el que no está seguro de si debe o no comer algo, al comerlo se hace culpable, porque no lo come con la convicción que da la fe; y todo lo que no se hace con la convicción que da la fe, es pecado.
Ahora sabemos también que es pecado, y la consecuencia del pecado es la muerte, el pecado es el que nos distancia de Dios y el motivo por el que Jesús fue crucificado por nuestras rebeldías, las que nos alejaban de Dios.
Hebreos 10:26 Porque si seguimos pecando intencionalmente después de haber conocido la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados; (27) solamente nos queda la terrible amenaza del juicio y del fuego ardiente que destruirá a los enemigos de Dios.
Pablo no habla aquí a los incrédulos sino a los creyentes.
Veamos la advertencia de Pedro:
1Pedro 4:18 Además: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde quedarán el impío y el pecador?
Y otra vez Pablo:
1Corintios 10:12 Así que, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer.
La salvación se puede perder, no porque Dios no cumpla sus promesas, Él nos dio la gracia y solamente una propuesta: Creer que Cristo es el Señor y que su sacrificio es suficiente para nuestra salvación. Por nuestras rebeldías y nuestra soberbia es que nos alejamos de él; tristemente creemos lo que queremos creer entre las muchas doctrinas que el hombre ha concebido de lo que interpreta de la palabra de Dios, y fue mandato de quien nos salvó que escudriñemos las escrituras para no ser engañados; de otra manera hubiera dicho y seguramente estaría escrito: Deja que Fulano o Mengano lean por ti como es este asunto de tu salvación personal, para que después puedan explicarte sobre el asunto.
¿Entonces eso significa que la salvación no es de una vez y para siempre?
Aunque la respuesta parezca contradictoria, la salvación ciertamente es de una vez y para siempre; Dios esto no lo cambia, quienes lo cambiamos somos nosotros.
Hebreos 10:14 Él, por medio de una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los santificados. (R-V c)
Veamos, no es por obras, para que nadie se enaltezca.
Efesios 2:8 Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; (9) ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie. (R-V c)
Pero sí por medio de la fe, que es un don dado por Dios.
¿Pero esa fe continúa dentro de nosotros como al principio?
2Corintios 13:5 Examínense ustedes mismos y vean si permanecen en la fe; pónganse a prueba ustedes mismos. ¿O acaso ustedes mismos no se conocen? ¿Acaso no saben que Jesucristo está en ustedes? ¡A menos que no hayan pasado la prueba! (R-V c)
La salvación está allí, preparada para todos los que han creído en el sacrificio del Señor, y es la fe la que nos hace conscientes de que somos efectivamente salvos; pero la vida de un cristiano tiene un propósito, en tanto nos preparamos para el día en que el Señor nos llame a estar en su presencia, y no es otro que el de servir y vivir de acuerdo a la sana doctrina que hemos aprendido, por ese motivo, y es la fe en Cristo Jesús la que nos obliga, debemos ponerlo en práctica. Santiago dijo:
Santiago 2:26 Pues así como el cuerpo está muerto si no tiene espíritu, también la fe está muerta si no tiene obras.
Las obras, una extensión de nuestros actos, hablan de nuestra fe, no son las obras las que nos salvan, pero si la fe, y si lo que enseñó el Apóstol es verdadero y la fe sin las obras está muerta ¿Cómo esa fe muerta podrá ser la confirmación de nuestra salvación?
Cristo vive, y continúa salvando...

Una vez un pastor amigo me dijo: El buen cristiano también predica con la espalda. Yo por entonces era muy joven y él recién salía del seminario; este pastor era a quien yo llevaba mis dudas doctrinales y mis inverosímiles interpretaciones bíblicas, que a él tanto parecían divertir. Él entonces se dedicaba durante horas a explicarme, con una paciencia realmente santa, donde residía mi error. Con respecto a lo que había dicho, lo miré sin comprender el porqué de esta frase. Es sencillo, me dijo; al pasar, alguien le señalará las espaldas y dirá, ese que va ahí es un gran hombre, realmente digno de ser imitado.
Por fe somos salvos, por gracia, y es esa fe la que nos da testimonio de Cristo, pero también será la que dará testimonio de Cristo en nosotros a todos aquellos a los que nos acerquemos.

Hebreos 13:20 Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, (21) los capacite para toda buena obra, para que hagan su voluntad, y haga en ustedes lo que a él le agrada, por medio de Jesucristo. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (R-V c)
Será hasta la próxima vez, si así el Señor lo permite.
Siguiente entrega: Conociendo la gloria de Dios

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con un comentario sabemos que estás ahí, y es una bendición saberlo.