No añadas a sus palabras, para que no te reprenda
El título lo tomé de Proverbios 30:6 y concluye con la siguiente
afirmación:
Y seas hallado mentiroso
Hacia el año 67 d.C. Pablo le escribió a Timoteo, considerado por este como
un verdadero hijo en la Fe: Toda
la escritura es inspirada por Dios (2Timoteo
3:16) y esta afirmación es la que todo cristiano realmente debiera creer; ahora bien, ¿pero, a cuál Escritura se
refería el Apóstol a la hora de hacer esta declaración? No es difícil concluir
que hablaba del Antiguo Testamento, y esto parece esclarecerse al leer el
contexto de lo escrito, un verso antes, donde se señala: tú desde la niñez has conocido
las Sagradas Escrituras. Lo que hoy conocemos como Nuevo Testamento (con
excepción de, cuando menos, dos de los cuatro Evangelios, la carta de Santiago,
la primera epístola de Pedro y casi todas las llamadas cartas paulinas, que ya
circulaban entre las Iglesias) estaba en su etapa de formación. ¿Quiere esto
decir –cómo he escuchado en varias oportunidades– que el canon bíblico puede no
estar cerrado aún? Esta pregunta nace hace más de dos siglos, junto con el hallazgo
de algunos (no los primeros) manuscritos bíblicos, para renovarse más tarde con
los descubrimientos del Mar Muerto (los rollos de Qumrán) y hoy, al salir a la
luz nuevos (viejos) documentos encontrados en los últimos años.
La Biblia cuenta con sesenta y seis libros, treinta y nueve corresponden al
Antiguo testamento, Jesús hizo referencia a estas Escrituras respondiendo a
Satanás en el desierto, cuando este se ocupó de tentarlo: Escrito está (Mateo 4:4): No solo de pan vive el hombre
(Deuteronomio 8:3). No
tentarás al Señor tu Dios (Deuteronomio
6:16). Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás (Deuteronomio 16:13).
Lucas 19:46 Mi
casa es casa de oración. ¡Pero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones!
refiere a Isaías 56:7 y a Jeremías 7:11
Marcos 14:27 Todos ustedes se escandalizarán de mí. Está escrito: Heriré
al pastor, y las ovejas serán dispersadas. (Zacarías 7:13)
Mateo 16:4 La generación mala y adúltera demanda
señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y
dejándolos, se fue. Alude a Jonás
1:17
Lucas 24:44 Lo que ha pasado conmigo es lo mismo que les anuncié
cuando aún estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que
está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
Creo que mi propósito ha sido alcanzado con estos argumentos, agregar otros
sería extenderme demasiado; queda en evidencia que el Señor habló de ellos y al
hacerlo dio Fe de su origen inspirado.
El Nuevo Testamento incluye los veintisiete libros restantes, con ellos se
completan estos sesenta y seis libros de los que hablé al principio. ¿Pero qué
seguridad tenemos de su inspiración Divina?
Indicios, una buena manera de comenzar
Pablo, en su primera carta a Timoteo nos hace una interesante afirmación; Pues
la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla, y: Digno es el obrero
de su salario. (1Timoteo
5:18). De estas dos citas,
la primera corresponde a Deuteronomio
25:4, y la segunda la encontramos solamente en Lucas 10:7 (en la llamada misión de los setenta). Esto deja en
claro que para este momento de la historia, entre los años 60 y 64 d.C., al
menos uno de los Evangelios, e incorporado al Canon conocido, ya circulaba
entre las Iglesias; y al referirse a él, le da la correspondiente jerarquía de
inspirado.
(He aquí una observación que estimo conveniente
hacer; con respecto a la segunda de las citas de Lucas 10:7, frase pronunciada
por el Señor y que afirmo, no aparece en el Antiguo Testamento, debo señalar
que, Jeremías 31:16 hace referencia, y
en el mismo verso, al salario y el trabajo; pero la expresión y el propósito de
la misma, leyendo el contexto propuesto en el capítulo 31–el regreso de
los judíos cautivos en Babilonia y la futura restauración de Judá e Israel–, no
tiene ninguna relación con la intención de las palabras manifestadas por Jesús)
En la segunda carta de Pedro nos encontramos con lo siguiente:
2Pedro 3:15 Tengan
en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es para salvación, tal y como
nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, les ha
escrito (16) en casi todas sus cartas, donde habla de
estas cosas, aun cuando entre ellas hay algunas que son difíciles de entender y
que los ignorantes e inconstantes tuercen, como hacen también con las otras
Escrituras, para su propia perdición.
Pedro sugiere la sabiduría de Pablo como una capacidad dada (Don del
Espíritu Santo) y coloca a la altura de las “otras
Escrituras” a sus cartas; dejando en claro la fuente de inspiración; de esto,
además, podemos inferir que el Nuevo Testamento comenzaba a ordenarse y tomar
forma.
Ahora veamos esta porción de la carta de Judas, hermano de Santiago
(Jacobo)
Judas 1:3 Amados
hermanos, yo he tenido un gran deseo de escribirles acerca de la salvación que
tenemos en común, pero ahora me encuentro en la necesidad de escribirles para
rogarles que luchen ardientemente por la fe que una vez fue dada a los santos, (4) pues por medio de engaños se han
infiltrado entre ustedes algunos malvados. Éstos, que desde antes habían sido
destinados a la condenación, convierten la gracia de nuestro Dios en
libertinaje y niegan a Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor.
Judas advierte a la Iglesia de su tiempo (y aún a nosotros) sobre aquellos
que se han introducido furtivamente entre los grupos cristianos y procuran
pervertir lo que se les había enseñado; señala que el motivo de la carta es
alentarlos a luchar ardientemente por esa Fe que una vez fue dada a los Santos.
¿A qué se refería cuando decía esto, si no es a la verdad de Dios, revelada a su
Iglesia por medio de los Santos; a quienes debemos todo lo que fue Escrito, y
hoy forma parte del Nuevo Testamento?
Fe que una vez fue dada a los santos (una vez y sin necesidad de darla
nuevamente, de validez perpetua o una vez y para siempre, sería una
aproximación a la palabra hapax –una vez– que se utiliza en el texto griego de
esta carta de Judas), no es descabellado suponer que estas alturas (hacia el 70
d.C.), si no todo, la mayor parte de lo que se les había enseñado a los
cristianos durante aquel período ya formaba parte de los textos que manejaban,
leían, estudiaban y reconocían como inspirados; enfrentadas a lo escrito las
enseñanzas de estos malvados podía ser impugnada de manera terminante. Además,
sugiere que todo no útil para el pleno conocimiento de la Fe que practicaban ya
había sido establecido y no quedaba lugar para nuevas interpretaciones.
Certezas, una buena manera de concluir
Podemos confiar en las palabras de Pablo, cuando nos dice desde las
Escrituras:
Gálatas 1:11 Mas
os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;
(12) pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por
revelación de Jesucristo.
Pero aún faltaba un libro para completar el Canon; el libro de las Revelaciones o Apocalipsis de Juan, escrito hacia
finales del primer siglo y el más controvertido de todos los libros contenidos
en la Biblia.
Pero de él me ocuparé en un próximo capítulo.
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