Translate

martes, 24 de junio de 2014

Milagros, Un objeto para maravillarse

el poder manifiesto del obrar de Dios

Si de milagros vamos a hablar, la palabra de Dios nos cuenta y de muchos; iba a comenzar esta parte con un texto, (Marcos 2:9) pero tanto me gusta la escena aquí representada que decidí transcribirlo completo. (Versión Reina Valera contemporánea)
Marcos 2:1 Algunos días después, Jesús volvió a Cafarnaúm. En cuanto se supo que estaba en la casa, (2) se juntó mucha gente, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta, mientras él les predicaba la palabra. (3) Llegaron entonces cuatro hombres que cargaban a un paralítico. (4) Como no podían acercarse a Jesús por causa de la multitud, quitaron parte del techo donde estaba Jesús, hicieron una abertura, y por ahí bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralítico. (5) Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: Hijo, los pecados te son perdonados. (6) Algunos de los escribas que estaban allí sentados, se decían a sí mismos: (7) ¿Qué es lo que dice éste? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados? ¡Nadie sino Dios! (8) Enseguida Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, así que les preguntó: ¿Qué es lo que cavilan en su corazón? (9) ¿Qué es más fácil? ¿Que le diga al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o que le diga: “Levántate, toma tu camilla y anda”? (10) Pues para que ustedes sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, éste le dice al paralítico: (11) “Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.” (12) Enseguida el paralítico se levantó, tomó su camilla y salió delante de todos, que se quedaron asombrados y glorificando a Dios, al tiempo que decían: ¡Nunca hemos visto nada parecido!
Levántate, toma tu camilla,
y vete a tu casa
Cuando de una manera sobrenatural Dios interviene en los asuntos del hombre, de tal forma que el acontecimiento contradice a la propia naturaleza o al normal avance de este acontecimiento, podríamos asegurar que estamos en presencia de un milagro. Como dije antes, en la Biblia podemos hallar una extensa lista, entre los realizados por Jesús y los que, por los buenos oficios de la fe y del poder Divino que interviene, realizaron sus discípulos; cuando digo discípulos me refiero a todos los que siguieron a Cristo y no solamente a los doce que estuvieron desde el principio con Él. Por este motivo, y contra algunas creencias, el Señor no ha dejado de obrar entre los que confíanos en Él.
Cierto es que entre los dones que reparte el Espíritu Santo está el don de poder obrar milagros, del cual somos medios para que se produzcan y no los autores de ellos.
Los milagros ocurren y es la respuesta Divina a nuestra fe puesta en acción; Jesús lo dijo, y ya lo hemos visto cuando hablamos de la fe, en Juan 14:13. Y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. (Reina Valera contemporánea)
Para que un milagro ocurra, debemos estar dispuestos a creer que sucederá, sin importar lo difícil que humanamente parezca o lo pequeño que, a los ojos de los demás, pueda verse. Dios también se complace en acariciarnos el alma y esas caricias a veces tienen la apariencia de pequeños milagros, regalos de Dios para hacernos sentir bien.

martes, 17 de junio de 2014

¡Qué el Espíritu Santo los acompañe siempre!

Cómo un segundo bautismo

Todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo
Juan 14:26 El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el Padre lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado.
1Corintios 6:19 El cuerpo de ustedes es como un templo, y en ese templo vive el Espíritu Santo que Dios les ha dado. Ustedes no son sus propios dueños. (20) Cuando Dios los salvó, en realidad los compró, y el precio que pagó por ustedes fue muy alto. Por eso deben dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios.

martes, 10 de junio de 2014

Es la Iglesia Fiel...

Una Iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga Efesios 5:27



La costumbre nos ayuda a desnaturalizar las cosas; pasa y mucho, que no prestamos atención y hablamos de la Iglesia como un lugar físico (yo mismo muchas veces me descubro haciéndolo), olvidando que el edificio solo es Iglesia cuando, los que hemos sido justificados por la sangre de Cristo estamos congregados dentro. Debemos entender principalmente que la Iglesia es, y como unidad, la gran comunidad de cristianos que habitamos este mundo. Solo después de conocer esto, llamemos iglesia al edificio donde nos reunimos, de esta manera evitaremos confundirnos o confundir a otros.
Efesios 2:20 Todos los miembros de la iglesia son como un edificio, el cual está construido sobre la enseñanza de los apóstoles y los profetas. En ese edificio Jesucristo es la piedra principal. (21) Es él quien mantiene firme todo el edificio y quien lo hace crecer, para que llegue a formar un templo dedicado al Señor. (22) Por su unión con Jesucristo, ustedes también forman parte de ese edificio, en donde Dios habita por medio de su Espíritu.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Él Siempre nos Escucha

El Señor siempre responde a nuestras oraciones



Hebreos 5:7 Cuando Cristo estuvo aquí en el mundo, oró mucho a Dios, y con lágrimas le rogó que lo librara de la muerte, pues Dios tenía poder para hacerlo. Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó su oración.
El cristiano ora a Dios (o debiera hacerlo) a diario y varias veces al día, podemos orar por una necesidad (súplica), por el perdón (confesión), por la necesidad de otro (intercesión), por gratitud (acción de gracias) o simplemente para manifestarle lo mucho que le amamos o lo grande y maravilloso que es Él y sus obras (adoración). Nuestra más temprana relación con Él comienza con una oración, se trata de la oración que realizamos el mismo día que le conocimos y reconocimos como nuestro Señor y salvador; a partir de allí, nuestra vida de oración comienza a consolidarse en nuestra vida diaria y echa raíces en nuestro corazón hasta convertirse en una necesidad. Descubrimos entonces, que no podemos pasar un solo día sin estar en su presencia y es que, por medio de la oración sabemos que Él está ahí para nosotros y atento.

viernes, 23 de mayo de 2014

Un Señor, una Fe, un Bautismo

Muertos y resucitados con Cristo

Mateo 28:19 Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo, (20)  y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. (Dios habla hoy)

Una reseña
El bautismo es un rito de origen precristiano, era, y desde épocas remotas, bien conocido por el pueblo
Este es mi Hijo Amado...
judío, pues fue utilizado en sus ceremonias de purificación destinadas a los paganos que se convertían al judaísmo.
Juan el Bautista lo utilizó como una señal de arrepentimiento del pecado de los hombres hacia Dios, en tanto predicaba sobre la llegada del que vendría detrás de él, quien los bautizaría con el Espíritu santo y con fuego; (el Mesías) más tarde, después de la muerte y resurrección de Jesús, de ser un simple rito de penitencia, se transforma en la figura de nuestra muerte y resurrección junto con Él y el paso a una nueva vida como parte del pueblo de Dios.
En Romanos capítulo 6, versos 3 al 13 inclusive, leemos:
Ustedes bien saben que, por medio del bautismo, nos hemos unido a Cristo en su muerte. (4) Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder. (5) Si al bautizarnos participamos en la muerte de Cristo, también participaremos de su nueva vida. (6) Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que el pecado ya no nos gobierna. (7) Al morir, el pecado perdió su poder sobre nosotros. (8) Si por medio del bautismo morimos con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él. (9) Sabemos que Jesucristo resucitó, y que nunca más volverá a morir, pues la muerte ya no tiene poder sobre él. (10) Cuando Jesucristo murió, el pecado perdió para siempre su poder sobre él. La vida que ahora vive, es para agradar a Dios. (11) De igual manera, el pecado ya no tiene poder sobre ustedes, sino que Cristo les ha dado vida, y ahora viven para agradar a Dios. (12) Así que no dejen que el pecado los gobierne, ni que los obligue a obedecer los malos deseos de su cuerpo. (13) Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han vuelto a vivir. Así que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bien, entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada.

martes, 20 de mayo de 2014

Eso no lo aprendieron ustedes de Cristo

Arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza                                                                                         Efesios 4:14 (Dios habla hoy)

Es fácil ser engañados cuando no nos ocupamos por conocer la doctrina en la que decimos creer; resulta más cómodo esperar a que alguien nos la cuente desde un púlpito, detrás de un altar, en la comodidad de la puerta de nuestras casas, desde un programa de radio o de televisión, o desde una página de internet. Como para todo en nuestras vidas, tenemos nuestras tan variadas e inteligentes excusas; vivo demasiado ocupado con mis propios asuntos, el vértigo del presente me impide hacer todo aquello que quisiera poder hacer, son muchas responsabilidades, Dios lo sabe, las que cargo sobre mis espaldas.
Podría llenar páginas y páginas solo con excusas; lo que no llegamos a comprender en toda su dimensión es que va nuestra vida en este engaño.
Muchos de los que están leyendo esto confían en que estoy diciendo la verdad, que realmente predico la sana doctrina; ¿Pero por qué debería alguien que por primera vez lee este mensaje estar confiado en que mis enseñanzas son correctas? Sepan que si no hubiese tantos mentirosos, no habría tantos engañados. Es triste, pero es así.

martes, 6 de mayo de 2014

Alcanzar la Meta

Prosigo hacia el Blanco

Recuerdo muy bien, y desde que tengo memoria, estas cuatro palabras que forman la frase del título escogido para lo que ahora escribo; las había leído siendo muy niño en una vieja biblia que, aunque olvidada y con demasiado poco uso, teníamos en casa. Las versiones posteriores ya no decían blanco sino meta (libro de los Filipenses 3:13 y 14) y recién entonces comprendí el sentido que Pablo le había dado a la palabra blanco, (no se tienen todas las luces encendidas cuando se tienen seis o siete años y no me pregunten que entendí entonces) particularmente me sigue placiendo imaginar una flecha yendo hacia la diana que a un corredor, hacia la meta; ¿Por qué? El símbolo me parece más contundente y la idea más efectiva.
No es difícil deducir que quien participa de una carrera está decidido a llegar a la meta, tampoco es impensable que su pensamiento y deseos estén puestos en un solo objetivo, triunfar, pero nuestro corredor no estará corriendo solo, también estarán los otros participantes y todos ellos con su mismo deseo, vencer. Sus preocupaciones entonces se multiplicarán por el número de competidores que participan de la carrera y esto será, a pesar de su esfuerzo, del entrenamiento, de su habilidad natural, del estado físico y la confianza en sí mismo que pueda tener; es probable también, que quienes compitan contra él compartan estas habilidades. La conclusión es conocida, a pesar de su deseo, solo uno de entre todos los participantes ganará la carrera, y puede no ser nuestro corredor estrella; y sí que es frustrante esta idea para un deportista.