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sábado, 17 de enero de 2015

Pequeñas miradas

Pequeñas miradas


Génesis 29:7 Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas. (8) Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.


Cientos de veces leemos sin prestar demasiada atención a lo que leemos, después de todo, ¿Qué de nuevo se puede encontrar entre los versos que tantas veces hemos visto? Pero en algún momento lo descubrimos, está allí y aunque no lo podamos entender, estuvo allí desde siempre; sentimos entonces que los ojos se nos abren a una lectura nueva y más amplia.
Así me sucedió con este párrafo, dos versículos que anticipan el encuentro de Jacob y Raquel. La historia de Jacob, Lea, Raquel y Labán es conocida por los cristianos, (para los que se inician en el camino y estén interesados en leerla, es parte de la Biblia, y comienza en Génesis 29:1 y concluye en el capítulo 31 verso 55 del mismo libro)  
Hagamos el ejercicio de trasladarlo a nosotros y al presente; después de todo, las escrituras tienen un único propósito final, el de presentarnos a Cristo, el Hijo de Dios, como Señor, salvador y Juez de la humanidad, independientemente de ser o no aceptado como tal por quienes oyen de Él. A los que creemos nos dio una orden, presentar este evangelio de salvación a toda criatura, mandato que concluirá el día de su regreso y hasta la llegada de ese preciso momento somos los mensajeros de esta buena noticia que tiene reservada para los que entiendan y crean en el sacrificio de su muerte; en tanto nos dice: “Es aún muy de día; no es tiempo de recoger el ganado” y aunque sabemos, la noche se acerca, nuestra tarea es ver que las ovejas sacien su sed y se alimenten, “abrevad las ovejas, e id a apacentarlas”, nos señala; Él es la fuente de agua viva y la sed se quita con el conocimiento pleno de su persona a todos los que se acercan a conocerle, y su palabra es el alimento, llega después, por medio de nuestro testimonio, respondiendo a las dudas y a las preguntas, y enseñando con fidelidad lo que dicen las escrituras.

martes, 6 de enero de 2015

Firmes y Adelante

Los caminos que Dios escoge para nosotros

Extraños resultan algunos caminos al transitarlos por primera vez, de difíciles pasos unos, agotadores otros y temerarios los siguientes. Poco sabemos de lo que habremos de encontrar delante, pero obedientes a su mandato, vamos; anunciando su palabra y presentándolo a Él como el único Señor y salvador de todos los hombres que quieran reconocerlo como tal.
…Como corderos en medio de lobos. (Lucas 10:3) Aseguró, e igual marchamos, por amor a Él, por lo mucho que ha hecho en nuestras vidas y por la certeza de saber que no lo haremos solos, Él camina con nosotros, no detrás, no delante, sino al lado nuestro.
Predicamos lo que antes nos fue enseñado y creímos verdadero, predicamos porque somos testigos de su gracia (por nosotros, inmerecida) y su infinito poder, también por una necesidad, la de compartir esta buena noticia que tanto bien ha hecho en nuestras vidas, para quien quiera escucharla y para quien tenga la necesidad de oírla, de gracia, porque así fue dada a nosotros.

viernes, 2 de enero de 2015

Ser cristiano en el siglo XXI (conclusión)

Él es real
¡Dios no ha muerto, muy a pesar del deseo de Nietzsche! De estarlo, vana sería nuestra fe, nada puede cambiar esta realidad de la que participamos, la obra construida por el poder de su palabra nos rodea, y la de sus manos se manifiesta en nosotros; cierto es que son demasiadas las teorías que contradicen esta postura mía.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Ser cristiano en el siglo XXI (tercera parte)


El ejercicio de pensar razonando
“Amados hermanos míos, tan solo por un momento olvidemos nuestra condición de cristianos y razonemos, así como lo hacen los demás mortales”; dijo una vez un viejo y conocido pastor a su congregación; el no estaba bromeando. Es lamentable saber que muchos de nosotros entendemos el ser cristiano con el hecho de resignar (y sin culpa alguna) una parte de nuestro cerebro colgándolo a las puertas del templo, mientras la otra parte (ese poco que por nuestra necesidad de respirar, caminar y repetir amén como cotorras, dejamos dentro de nuestro cráneo) hallará entretención en acertar cuanto tiempo ha de pasar hasta el final de la reunión.

martes, 14 de octubre de 2014

Ser cristiano en el siglo XXI (segunda parte)


A nuestra imagen y semejanza
Hemos nacido humanos, no perros, gatos, ratones, elefantes, hormigas o cualquier otro animal de los muchos que habitan esta tierra sometida a nuestro señorío, y aunque a hechura de nuestros padres, llegamos al mundo con la huella de un antiguo linaje que nos lleva hasta ese deseo de Dios de crear al hombre y a la mujer a imagen y semejanza suya, diseño que todavía llevamos; aunque muchas veces se nos hace difícil recordarlo.
He escuchado por ahí de la imposibilidad de existencia de este ser superior, artífice de todo lo que es y conocemos, eterno, omnipresente, todopoderoso y omnisciente; del que dicen, es el resultado de nuestros propios temores, del sentimiento de orfandad que nos atormenta durante la edad adulta y la construcción con la que pretendemos disminuir la incertidumbre que llega durante la infancia junto con el conocimiento intelectual de la muerte como desenlace fatal de haber vivido y nos hace conscientes de nuestra propia finitud. He oído de su muerte y del posterior resurgir del nuevo hombre.
¡Ay, si yo no tuviese la mente tan cerrada por tantas supersticiones infantiles que me ayudan a creer en el Dios de mi salvación! Cuanta y tan interesante cantidad de cosas hay debajo del sol (de este y los otros sistemas solares que seguramente hay en otras galaxias) que necesitamos conocer en el nombre de la verdad.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Ser cristiano en el siglo XXI (primera parte)


Si hiciésemos una encuesta sobre la creencia entre los individuos descubriríamos que, y en su mayoría, la especie humana asegura creer en algo superior, un ser que, de una u otra manera afecta en su vida, aunque no sepa definir de qué manera ni cómo; un ser que, aunque esté cercano, existe más allá de su comprensión, que lo abarca todo; pero que habita dentro de sí. Otros dirán sencillamente que no creen en un ser superior de características divinas, que no es más que una creación del hombre y para atenuar, en lo posible, su miedo a la finitud.
Ser cristiano en este siglo que nos toca implica la necesidad de hacer frente a demasiados prejuicios creados por el supuesto enfrentamiento entre la llamada razón científica y la fe humana. Todas las creencias intentan ser rebatidas por el pensamiento; ¿El motivo? No se necesita un verdadero motivo cuando se procura consolidar, sobre supuestas y sólidas bases, la estupidez humana. Estupidez que recita, y con la misma fe de un creyente: ¡Dios ha muerto y todos deben saberlo!

sábado, 13 de septiembre de 2014

Cómo el Señor de la Justicia, así de Justos

El que practica la justicia es justo, como Él es justo



Tenemos por costumbre creer de nosotros más de lo que realmente alcanzamos o podemos ser, la justicia es una cualidad que muchos cristianos decimos tener, casi como el fariseo que oraba en el Templo junto al cobrador de impuestos.
Dios mío, ten misericordia de mí,
porque soy un pecador

Lucas 18:11 Puesto de pie, el fariseo oraba así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres. Ellos son ladrones y malvados, y engañan a sus esposas con otras mujeres. ¡Tampoco soy como ese cobrador de impuestos! (12) Yo ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano. (Lenguaje sencillo)
Lejos estamos de la justicia de los primeros cristianos, a lo largo del tiempo fuimos cediendo espacio a prácticas del mundo y las hicimos participar de nuestras reuniones, como si Dios hubiese cambiado.
Nos esforzamos en transformar al Señor en una imagen demasiado parecida a nosotros, donde su amor es completamente tolerante de nuestras rebeldías, desplantes y malas actitudes.