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sábado, 8 de noviembre de 2014

Ser cristiano en el siglo XXI (tercera parte)


El ejercicio de pensar razonando
“Amados hermanos míos, tan solo por un momento olvidemos nuestra condición de cristianos y razonemos, así como lo hacen los demás mortales”; dijo una vez un viejo y conocido pastor a su congregación; el no estaba bromeando. Es lamentable saber que muchos de nosotros entendemos el ser cristiano con el hecho de resignar (y sin culpa alguna) una parte de nuestro cerebro colgándolo a las puertas del templo, mientras la otra parte (ese poco que por nuestra necesidad de respirar, caminar y repetir amén como cotorras, dejamos dentro de nuestro cráneo) hallará entretención en acertar cuanto tiempo ha de pasar hasta el final de la reunión.

martes, 14 de octubre de 2014

Ser cristiano en el siglo XXI (segunda parte)


A nuestra imagen y semejanza
Hemos nacido humanos, no perros, gatos, ratones, elefantes, hormigas o cualquier otro animal de los muchos que habitan esta tierra sometida a nuestro señorío, y aunque a hechura de nuestros padres, llegamos al mundo con la huella de un antiguo linaje que nos lleva hasta ese deseo de Dios de crear al hombre y a la mujer a imagen y semejanza suya, diseño que todavía llevamos; aunque muchas veces se nos hace difícil recordarlo.
He escuchado por ahí de la imposibilidad de existencia de este ser superior, artífice de todo lo que es y conocemos, eterno, omnipresente, todopoderoso y omnisciente; del que dicen, es el resultado de nuestros propios temores, del sentimiento de orfandad que nos atormenta durante la edad adulta y la construcción con la que pretendemos disminuir la incertidumbre que llega durante la infancia junto con el conocimiento intelectual de la muerte como desenlace fatal de haber vivido y nos hace conscientes de nuestra propia finitud. He oído de su muerte y del posterior resurgir del nuevo hombre.
¡Ay, si yo no tuviese la mente tan cerrada por tantas supersticiones infantiles que me ayudan a creer en el Dios de mi salvación! Cuanta y tan interesante cantidad de cosas hay debajo del sol (de este y los otros sistemas solares que seguramente hay en otras galaxias) que necesitamos conocer en el nombre de la verdad.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Ser cristiano en el siglo XXI (primera parte)


Si hiciésemos una encuesta sobre la creencia entre los individuos descubriríamos que, y en su mayoría, la especie humana asegura creer en algo superior, un ser que, de una u otra manera afecta en su vida, aunque no sepa definir de qué manera ni cómo; un ser que, aunque esté cercano, existe más allá de su comprensión, que lo abarca todo; pero que habita dentro de sí. Otros dirán sencillamente que no creen en un ser superior de características divinas, que no es más que una creación del hombre y para atenuar, en lo posible, su miedo a la finitud.
Ser cristiano en este siglo que nos toca implica la necesidad de hacer frente a demasiados prejuicios creados por el supuesto enfrentamiento entre la llamada razón científica y la fe humana. Todas las creencias intentan ser rebatidas por el pensamiento; ¿El motivo? No se necesita un verdadero motivo cuando se procura consolidar, sobre supuestas y sólidas bases, la estupidez humana. Estupidez que recita, y con la misma fe de un creyente: ¡Dios ha muerto y todos deben saberlo!

sábado, 13 de septiembre de 2014

Cómo el Señor de la Justicia, así de Justos

El que practica la justicia es justo, como Él es justo



Tenemos por costumbre creer de nosotros más de lo que realmente alcanzamos o podemos ser, la justicia es una cualidad que muchos cristianos decimos tener, casi como el fariseo que oraba en el Templo junto al cobrador de impuestos.
Dios mío, ten misericordia de mí,
porque soy un pecador

Lucas 18:11 Puesto de pie, el fariseo oraba así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres. Ellos son ladrones y malvados, y engañan a sus esposas con otras mujeres. ¡Tampoco soy como ese cobrador de impuestos! (12) Yo ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano. (Lenguaje sencillo)
Lejos estamos de la justicia de los primeros cristianos, a lo largo del tiempo fuimos cediendo espacio a prácticas del mundo y las hicimos participar de nuestras reuniones, como si Dios hubiese cambiado.
Nos esforzamos en transformar al Señor en una imagen demasiado parecida a nosotros, donde su amor es completamente tolerante de nuestras rebeldías, desplantes y malas actitudes.

lunes, 25 de agosto de 2014

La Bendición de compartir

Del pan que nos tienes reservado para cada día, danos el de hoy


Dios se ocupa de nosotros a jornada completa y durante todos los días de nuestra vida, y es en su infinito amor que nos hace depositarios de aquello que por Señorío le pertenece; confía en su creación y nos juzga capaces de poder manejar sus asuntos con la honradez que todo padre espera de un hijo amado. Lo sorprendente es que, aun siendo conscientes de que esto es así, hacemos de nuestra propiedad todo lo que a lo largo de la vida nos entrega, y solamente cuando lo recibido nos es requerido entendemos nuestro error de apreciación; ¿Por qué Señor? Preguntamos entonces como si fuera una sorpresa.
Él comparte con nosotros de lo suyo para que lo utilicemos de la mejor manera posible, no para sepultarlo como a un cadáver por temor a perderlo, es a nosotros que nos ha dado la promesa de la resurrección, no así a los talentos que nos ha entregado para bien administrar aquí, en la tierra que ahora mismo habitamos.  
1Juan 3:16 En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. Así también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. (17) Pero ¿cómo puede habitar el amor de Dios en aquel que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano pasar necesidad, y le cierra su corazón? (R-V c)

lunes, 18 de agosto de 2014

Cómo yo los he Amado

Amándonos unos a otros con amor fraternal



1Tesalonicenses 4:9 No hace falta que les escriba acerca del amor que debe existir entre los miembros de la iglesia, pues Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros.
Nuestra salvación, nuestra muerte y resurrección junto a Cristo Jesús simbolizada en el bautismo, la fe que todo lo hace posible, las obras, con las que confirmamos toda esa fe depositada en Dios y que aseguramos tener, el participar de la cena del Señor, de los ágapes, la esperanza de lo que ha de venir y se manifestará en gloria; sería algo incomprensible para nosotros si no tuviésemos amor. ¿Acaso, como dijera Pablo, no es el amor el que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta? (1Corintios 13:7)
Desde siempre se nos ha enseñado que Dios es amor.

martes, 12 de agosto de 2014

De su Gloria Canta la Creación

Conociendo la gloria de Dios


Habacuc 2:14 Porque así como el mar rebosa de agua, también la tierra rebosará con el conocimiento de la gloria del Señor.
 (Esta y todas las referencias bíblicas que siguen han sido tomadas de la versión contemporánea de Reina Valera.)
Cuando Jesús reprendió a Tomás (Juan 20:27) lo hizo con estas pocas palabras: No seas incrédulo, sino creyente. El discípulo, seguramente avergonzado por su duda, exclamaría un verso después: ¡Señor mío y Dios mío!
Había estado con Él, había comido y bebido con Él, había hablado con Él, también había escuchado sus enseñanzas, participado de sus sermones e incluso había oído más de una vez de lo que, hasta un momento antes, había sido motivo para su incredulidad; lo había visto en Betania librar de las cadenas de la muerte a Lázaro, como del Señor, también su amigo (Juan 11:11); pero no tuvo la fe suficiente para creer que aquel al que sus compañeros habían visto era Él, el Cristo resucitado, quien les daba, con la evidencia de su propia resurrección, las primicias de lo que a todos los que creemos en Él habrá de sucedernos cuando llegue el gran día del Señor, cuando se manifieste en toda su gloria.
No supo ver la gloria de Dios manifestada en el hijo.

domingo, 3 de agosto de 2014

La Gracia de Dios

Porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo

                                                                                                                             Romanos 10:13

Romanos 10:10 Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, pero con la boca se confiesa para alcanzar la salvación. (11) Pues la Escritura dice: Todo aquel que cree en él, no será defraudado. (R-V c)
Tenemos por costumbre ver solo una parte de las cosas y no nos corremos de esta visión si es la que hemos escogido o en la que hemos sido adoctrinados, incluso leemos la Biblia con ese único ojo que parece, tuviéramos. Discutimos si salvos una vez, para siempre salvos, como enseñan unos y esa enseñanza la convertimos en ley, eterna e incuestionable; en tanto otros aseguran que nuestra salvación debe ser conquistada cada día, porque nunca tendremos la plena seguridad de ser verdaderamente salvos hasta el día del juicio; cuando Dios, según nuestras obras, nos juzgue. ¡No por las obras! Dirán entonces los unos que observan con el ojo diestro, mientras los otros, los del siniestro ojo, han de confirmar, y a voz de cuello, que las obras ayudan.
¿Y la gracia? ¿Dónde dejamos la gracia?

lunes, 21 de julio de 2014

El Reino del que somos ciudadanos


Apocalipsis 21:1 Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y el mar tampoco existía ya. (2) Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descendía del cielo, de Dios, ataviada como una novia que se adorna para su esposo. (3) Entonces oí que desde el trono salía una potente voz, la cual decía: Aquí está el tabernáculo de Dios con los hombres. Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos y será su Dios. (4) Dios enjugará las lágrimas de los ojos de ellos, y ya no habrá muerte, ni más llanto, ni lamento ni dolor; porque las primeras cosas habrán dejado de existir. (5) El que estaba sentado en el trono dijo: Mira, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. (R-V c)
Juan 14:2 En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes. (3) Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén. (R-V c)

Mateo 5:5 Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. (R-V c)
Mateo 22:30 porque en la resurrección, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán como los ángeles de Dios en el cielo. (R-V c)
Filipenses 3:20 Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. (R-V c)
¿El cielo, la tierra? ¿Dónde habremos de pasar la eternidad los cristianos? ¿Cuantas veces nos hemos preguntado sobre este asunto o hemos debido responder a otros con respecto a esta duda? Los versos que anteceden a este párrafo pueden dar a entender lo uno o lo otro, según quien los lea y en donde haya dado sus primeros pasos doctrinales; pero esto, a la verdad, poco cambia nuestra expectativa final, que es vivir junto al Señor por toda la eternidad.

sábado, 12 de julio de 2014

Hasta los confines de la tierra

Predicando la palabra para la gloria del Señor

Para que la palabra del Señor corra y sea glorificada 
                                                                                       2Tesaloniscenses 3:1

De vez en cuando, al reflexionar sobre algunos temas bíblicos mis pensamientos parecen escapar de mi mente para volar hasta aquel lejano primer siglo, donde la iglesia comenzaba a formarse en Jerusalén.
Con la necesidad de oír
Mi imaginación se dispone entonces a recrear (hasta donde alcanza) una parte de la vida de estos primeros seguidores de Cristo, incultos en su mayoría, (incluso lo eran algunos de los discípulos del Señor; cabe recordar que a Pedro y a Juan, el concilio, aunque se sorprendiera por tanta resolución a la hora de hablar, los juzgó hombres sin letras y del vulgo. –Hechos 4:13–) tampoco debemos olvidar que los primeros seguidores de Jesús fueron hombres y mujeres de condición humilde. Gente ocupada en asuntos más urgentes que los de aprender a leer o escribir; esclavos, extranjeros (prosélitos), y todos aquellos que movidos por el arrepentimiento habían dejado atrás la mala vida que los condenaba. Ellos oían de la buena nueva que les era anunciada y deseaban saber más de Jesucristo, el hijo de Dios que por propia voluntad se había hecho hombre y había caminado entre ellos, porque ahora lo sabían (aunque mientras estuvieron con Él no alcanzaron a verlo), había venido en la carne, y también había muerto colgado de una cruz, como sacrificio al Padre; ¡Y por cada uno de ellos! Pero también sabían que tres días más tarde, por el poder de Dios, había vencido a la muerte. Estaban gozosos de oírlo de aquellos que habían estado con Él y habían sido testigos de todo lo que ahora narraban, con denuedo, porque ya no temían a las represalias y además, con tanta elocuencia, ambos dones otorgados por el Espíritu Santo que el Señor les prometiera antes de regresar al cielo a ocupar el sitio de honor reservado para Él por su Padre (y nuestro Padre) Dios y junto a su trono; el mismo Espíritu Santo que también había sido anunciado para cada uno de ellos y los que también habrían de creer en el Señor Jesús, el Cristo y salvador; aquel que había regresado la amistad entre Dios y los hombres.

sábado, 5 de julio de 2014

Sólo hay una Verdad

Proclamando la verdad de la Palabra

2Corintios 4:1 Dios es bueno y nos permite servirle. Por eso no nos desanimamos. (2) No sentimos vergüenza de nada, ni hacemos nada a escondidas. No tratamos de engañar a la gente ni cambiamos el mensaje de Dios. Al contrario, Dios es testigo de que decimos sólo la verdad. Por eso, todos pueden confiar en nosotros. (3) Los únicos que no pueden entender la buena noticia que anunciamos son los que no se salvarán. (4) La buena noticia nos habla de la grandeza de Cristo, y Cristo a su vez nos muestra la grandeza de Dios. Ese mensaje brilla como la luz; pero los que no creen no pueden verla, porque Satanás (en la versión R-V dice el dios de este siglo) no los deja. (5) Y nosotros no nos anunciamos a nosotros mismos. Al contrario, anunciamos que Jesucristo es nuestro Señor, y que nosotros somos servidores de ustedes porque somos seguidores de Jesucristo. (6) Cuando Dios creó el mundo, dijo: «Que brille la luz donde ahora hay oscuridad». Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos su grandeza.
(7) Cuando Dios nos dio la buena noticia, puso, por así decirlo, un tesoro en una frágil vasija de barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de ese mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el barro.
2Corintios 4:13 La Biblia dice: «Yo confié en Dios, y por eso hablé. (Salmos 116:10)» Pues nosotros también confiamos en Dios, y por eso anunciamos la buena noticia.
No hay para mí mayor alegría que saber que mis hijos viven de acuerdo con la verdad. 3Juan capítulo 1 verso 4 (Dios habla hoy)
Cuando fuimos convencidos del pecado y tomamos la decisión de aceptar a Cristo como nuestro salvador y Señor nos pusimos también a su servicio, aprendimos sobre la verdad y fue esa verdad la que nos hizo libres.
Juan 8:31 Entonces Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; (32) y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. (R-V contemporánea)

martes, 24 de junio de 2014

Milagros, Un objeto para maravillarse

el poder manifiesto del obrar de Dios

Si de milagros vamos a hablar, la palabra de Dios nos cuenta y de muchos; iba a comenzar esta parte con un texto, (Marcos 2:9) pero tanto me gusta la escena aquí representada que decidí transcribirlo completo. (Versión Reina Valera contemporánea)
Marcos 2:1 Algunos días después, Jesús volvió a Cafarnaúm. En cuanto se supo que estaba en la casa, (2) se juntó mucha gente, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta, mientras él les predicaba la palabra. (3) Llegaron entonces cuatro hombres que cargaban a un paralítico. (4) Como no podían acercarse a Jesús por causa de la multitud, quitaron parte del techo donde estaba Jesús, hicieron una abertura, y por ahí bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralítico. (5) Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: Hijo, los pecados te son perdonados. (6) Algunos de los escribas que estaban allí sentados, se decían a sí mismos: (7) ¿Qué es lo que dice éste? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados? ¡Nadie sino Dios! (8) Enseguida Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, así que les preguntó: ¿Qué es lo que cavilan en su corazón? (9) ¿Qué es más fácil? ¿Que le diga al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o que le diga: “Levántate, toma tu camilla y anda”? (10) Pues para que ustedes sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, éste le dice al paralítico: (11) “Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.” (12) Enseguida el paralítico se levantó, tomó su camilla y salió delante de todos, que se quedaron asombrados y glorificando a Dios, al tiempo que decían: ¡Nunca hemos visto nada parecido!
Levántate, toma tu camilla,
y vete a tu casa
Cuando de una manera sobrenatural Dios interviene en los asuntos del hombre, de tal forma que el acontecimiento contradice a la propia naturaleza o al normal avance de este acontecimiento, podríamos asegurar que estamos en presencia de un milagro. Como dije antes, en la Biblia podemos hallar una extensa lista, entre los realizados por Jesús y los que, por los buenos oficios de la fe y del poder Divino que interviene, realizaron sus discípulos; cuando digo discípulos me refiero a todos los que siguieron a Cristo y no solamente a los doce que estuvieron desde el principio con Él. Por este motivo, y contra algunas creencias, el Señor no ha dejado de obrar entre los que confíanos en Él.
Cierto es que entre los dones que reparte el Espíritu Santo está el don de poder obrar milagros, del cual somos medios para que se produzcan y no los autores de ellos.
Los milagros ocurren y es la respuesta Divina a nuestra fe puesta en acción; Jesús lo dijo, y ya lo hemos visto cuando hablamos de la fe, en Juan 14:13. Y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. (Reina Valera contemporánea)
Para que un milagro ocurra, debemos estar dispuestos a creer que sucederá, sin importar lo difícil que humanamente parezca o lo pequeño que, a los ojos de los demás, pueda verse. Dios también se complace en acariciarnos el alma y esas caricias a veces tienen la apariencia de pequeños milagros, regalos de Dios para hacernos sentir bien.

martes, 17 de junio de 2014

¡Qué el Espíritu Santo los acompañe siempre!

Cómo un segundo bautismo

Todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo
Juan 14:26 El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el Padre lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado.
1Corintios 6:19 El cuerpo de ustedes es como un templo, y en ese templo vive el Espíritu Santo que Dios les ha dado. Ustedes no son sus propios dueños. (20) Cuando Dios los salvó, en realidad los compró, y el precio que pagó por ustedes fue muy alto. Por eso deben dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios.

martes, 10 de junio de 2014

Es la Iglesia Fiel...

Una Iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga Efesios 5:27



La costumbre nos ayuda a desnaturalizar las cosas; pasa y mucho, que no prestamos atención y hablamos de la Iglesia como un lugar físico (yo mismo muchas veces me descubro haciéndolo), olvidando que el edificio solo es Iglesia cuando, los que hemos sido justificados por la sangre de Cristo estamos congregados dentro. Debemos entender principalmente que la Iglesia es, y como unidad, la gran comunidad de cristianos que habitamos este mundo. Solo después de conocer esto, llamemos iglesia al edificio donde nos reunimos, de esta manera evitaremos confundirnos o confundir a otros.
Efesios 2:20 Todos los miembros de la iglesia son como un edificio, el cual está construido sobre la enseñanza de los apóstoles y los profetas. En ese edificio Jesucristo es la piedra principal. (21) Es él quien mantiene firme todo el edificio y quien lo hace crecer, para que llegue a formar un templo dedicado al Señor. (22) Por su unión con Jesucristo, ustedes también forman parte de ese edificio, en donde Dios habita por medio de su Espíritu.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Él Siempre nos Escucha

El Señor siempre responde a nuestras oraciones



Hebreos 5:7 Cuando Cristo estuvo aquí en el mundo, oró mucho a Dios, y con lágrimas le rogó que lo librara de la muerte, pues Dios tenía poder para hacerlo. Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó su oración.
El cristiano ora a Dios (o debiera hacerlo) a diario y varias veces al día, podemos orar por una necesidad (súplica), por el perdón (confesión), por la necesidad de otro (intercesión), por gratitud (acción de gracias) o simplemente para manifestarle lo mucho que le amamos o lo grande y maravilloso que es Él y sus obras (adoración). Nuestra más temprana relación con Él comienza con una oración, se trata de la oración que realizamos el mismo día que le conocimos y reconocimos como nuestro Señor y salvador; a partir de allí, nuestra vida de oración comienza a consolidarse en nuestra vida diaria y echa raíces en nuestro corazón hasta convertirse en una necesidad. Descubrimos entonces, que no podemos pasar un solo día sin estar en su presencia y es que, por medio de la oración sabemos que Él está ahí para nosotros y atento.

viernes, 23 de mayo de 2014

Un Señor, una Fe, un Bautismo

Muertos y resucitados con Cristo

Mateo 28:19 Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo, (20)  y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. (Dios habla hoy)

Una reseña
El bautismo es un rito de origen precristiano, era, y desde épocas remotas, bien conocido por el pueblo
Este es mi Hijo Amado...
judío, pues fue utilizado en sus ceremonias de purificación destinadas a los paganos que se convertían al judaísmo.
Juan el Bautista lo utilizó como una señal de arrepentimiento del pecado de los hombres hacia Dios, en tanto predicaba sobre la llegada del que vendría detrás de él, quien los bautizaría con el Espíritu santo y con fuego; (el Mesías) más tarde, después de la muerte y resurrección de Jesús, de ser un simple rito de penitencia, se transforma en la figura de nuestra muerte y resurrección junto con Él y el paso a una nueva vida como parte del pueblo de Dios.
En Romanos capítulo 6, versos 3 al 13 inclusive, leemos:
Ustedes bien saben que, por medio del bautismo, nos hemos unido a Cristo en su muerte. (4) Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder. (5) Si al bautizarnos participamos en la muerte de Cristo, también participaremos de su nueva vida. (6) Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que el pecado ya no nos gobierna. (7) Al morir, el pecado perdió su poder sobre nosotros. (8) Si por medio del bautismo morimos con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él. (9) Sabemos que Jesucristo resucitó, y que nunca más volverá a morir, pues la muerte ya no tiene poder sobre él. (10) Cuando Jesucristo murió, el pecado perdió para siempre su poder sobre él. La vida que ahora vive, es para agradar a Dios. (11) De igual manera, el pecado ya no tiene poder sobre ustedes, sino que Cristo les ha dado vida, y ahora viven para agradar a Dios. (12) Así que no dejen que el pecado los gobierne, ni que los obligue a obedecer los malos deseos de su cuerpo. (13) Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han vuelto a vivir. Así que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bien, entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada.

martes, 20 de mayo de 2014

Eso no lo aprendieron ustedes de Cristo

Arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza                                                                                         Efesios 4:14 (Dios habla hoy)

Es fácil ser engañados cuando no nos ocupamos por conocer la doctrina en la que decimos creer; resulta más cómodo esperar a que alguien nos la cuente desde un púlpito, detrás de un altar, en la comodidad de la puerta de nuestras casas, desde un programa de radio o de televisión, o desde una página de internet. Como para todo en nuestras vidas, tenemos nuestras tan variadas e inteligentes excusas; vivo demasiado ocupado con mis propios asuntos, el vértigo del presente me impide hacer todo aquello que quisiera poder hacer, son muchas responsabilidades, Dios lo sabe, las que cargo sobre mis espaldas.
Podría llenar páginas y páginas solo con excusas; lo que no llegamos a comprender en toda su dimensión es que va nuestra vida en este engaño.
Muchos de los que están leyendo esto confían en que estoy diciendo la verdad, que realmente predico la sana doctrina; ¿Pero por qué debería alguien que por primera vez lee este mensaje estar confiado en que mis enseñanzas son correctas? Sepan que si no hubiese tantos mentirosos, no habría tantos engañados. Es triste, pero es así.

martes, 6 de mayo de 2014

Alcanzar la Meta

Prosigo hacia el Blanco

Recuerdo muy bien, y desde que tengo memoria, estas cuatro palabras que forman la frase del título escogido para lo que ahora escribo; las había leído siendo muy niño en una vieja biblia que, aunque olvidada y con demasiado poco uso, teníamos en casa. Las versiones posteriores ya no decían blanco sino meta (libro de los Filipenses 3:13 y 14) y recién entonces comprendí el sentido que Pablo le había dado a la palabra blanco, (no se tienen todas las luces encendidas cuando se tienen seis o siete años y no me pregunten que entendí entonces) particularmente me sigue placiendo imaginar una flecha yendo hacia la diana que a un corredor, hacia la meta; ¿Por qué? El símbolo me parece más contundente y la idea más efectiva.
No es difícil deducir que quien participa de una carrera está decidido a llegar a la meta, tampoco es impensable que su pensamiento y deseos estén puestos en un solo objetivo, triunfar, pero nuestro corredor no estará corriendo solo, también estarán los otros participantes y todos ellos con su mismo deseo, vencer. Sus preocupaciones entonces se multiplicarán por el número de competidores que participan de la carrera y esto será, a pesar de su esfuerzo, del entrenamiento, de su habilidad natural, del estado físico y la confianza en sí mismo que pueda tener; es probable también, que quienes compitan contra él compartan estas habilidades. La conclusión es conocida, a pesar de su deseo, solo uno de entre todos los participantes ganará la carrera, y puede no ser nuestro corredor estrella; y sí que es frustrante esta idea para un deportista.

sábado, 3 de mayo de 2014

La Fe da certeza a mi Esperanza

Cuando la fe da profundidad a la mirada



El Apóstol Pablo en 2Corintios 5:7 (RV) dice: Porque por fe andamos, no por vista.
Para movernos a través de las cosas de este mundo nos fueron dados los sentidos, vemos lo tangible, lo palpable, es decir, lo material, un ciego, aunque carece de este sentido (el de la vista), puede decirse, ve, por medio de un reemplazo, las manos o él oído; lo que implica que, si fuésemos totalmente privados de los sentidos nuestra vida sería un verdadero desconcierto de caídas, golpes y tropiezos, viviríamos como  bajo una constante amenaza de muerte, lo que haría de vivir un riesgo demasiado peligroso.

viernes, 25 de abril de 2014

Aun en la Duda, Él Caminó a Mi Lado

Dudas ¿Razonables?

En la vida secular, cuando estamos frente a una adversidad, la duda no parecería ser la respuesta sensata para salir bien librado de cualquier mala situación que estuviésemos atravesando, lo mismo sucede en nuestra vida religiosa, la duda suele llegar cuando no tenemos perfectamente en claro cual es el verdadero poder del Dios en el que creemos y confiamos; y eso sucede por darle atributos que como humanos nos pertenecen. Cierto es, nos resulta imposible llegar a imaginar algo que sobrepasa por tanto los límites de nuestro pensamiento, y aunque nos cueste entenderlo, así sucede con Él. (Porque mis pensamientos —dice Dios— no son vuestros pensamientos –Isaías 55: 8 –RV–) De ahí la necesidad del hombre, a lo largo de la historia, de erigir ídolos para convertirlos en sus dioses; inútiles y mudos monumentos de piedra con supuestos atributos mágicos, formados en la tan humana necesidad de ver para creer.

domingo, 20 de abril de 2014

Nosotros y la Fe

Una cuestión de fe

Dios altísimo, te llamo porque siempre me ayudas. (Salmos 57: 2)
Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que todo lo hace para mí. (Biblia de las Américas)
Clamaré al Dios Altísimo, Al Dios que me favorece. (RV)
Voy a clamar al Dios altísimo, al Dios que en todo me ayuda. (Dios habla hoy)
El mismo verso multiplicado por cuatro y la certeza de que una petición va a ser escuchada y respondida. Una de las palabras más importantes para cualquier cristiano tiene (en castellano) apenas dos letras: FE. Jesús mismo afirmó que si nuestra fe fuese,  tan solo, del tamaño de un grano de mostaza podríamos mandar a un Sicómoro a que se desarraigara y plantase en el mar y ese árbol, inexorablemente debería obedecernos. (Lucas 17: 6)
En Marcos 11:23 leemos: Les aseguro que, si tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá. Si le dijeran a esta montaña: “Quítate de aquí y échate en el mar”, así sucedería. Sólo deben creer que ya está hecho lo que han pedido.  

martes, 15 de abril de 2014

Viva y eficaz, Señor, es tu palabra

Viva y eficaz, Señor, es tu palabra


    Yo no anuncio la buena noticia de Cristo para sentirme importante. Lo hago porque Dios así me lo ordenó. ¡Y pobre de mí si no lo hago!                                                                      1 Corintios 9:16 (la Biblia en lenguaje actual)                                                                 


Nosotros hablamos de lo que conocemos y de lo que fuimos testigos; porque Dios continúa siendo el mismo hoy, tanto como lo fue ayer, como lo será el día de mañana y aún después de que a nosotros nos llame a su presencia. En este siglo XXI, Él todavía se manifiesta de la misma manera que le conocieron los que en la antigüedad caminaron a su lado y fueron quienes dieron los primeros testimonios de su poder y de su gloria.
Estoy a la puerta, y llamo...
De todo corazón deseamos que puedas atender al mensaje que el Señor tiene para darte: Yo estoy a tu puerta, y llamo —Dice—; si oyes mi voz y me abres, entraré en tu casa y cenaré contigo. (Apocalipsis 3:20)La Biblia en lenguaje actual–
Mira que Él no irrumpe como un ladrón, eres tú y debe ser una elección tuya el permitirle entrar en tu vida; ¿Pero, para qué? Te preguntarás, la respuesta es sencilla: Para ser verdaderamente libre y así poder vivir en plenitud la experiencia de esa libertad. Para tener la certeza de que no morirás para siempre, porque desde el mismo momento que aceptas a Cristo como tu salvador estarás presente en el pensamiento de Dios y así tendrás la seguridad de que llegarás a vivir en el lugar reservado para todos nosotros, los que hemos creído en Él y le hemos reconocido como nuestro salvador personal; porque así nos ha sido prometido y su palabra es verdadera. No hay obras que podamos hacer que pueda librarnos de los pecados que nos condenan, solamente Cristo Jesús tiene el poder de quitar de nosotros cada uno de ellos, incluso aquellos que por graves creemos imposibles de perdonar. El costo de nuestro perdón fue su propia vida entregada en la cruz; la sangre de Cristo fue el único sacrificio válido y necesario para que Dios pudiera vernos nuevamente sin llevar a sus pensamientos las iniquidades que durante tanto tiempo nos condenaban.